Espléndida

Aunque no soy muy asidua a los perfiladores de labios, sí es cierto que en algunas ocasiones me gusta usarlo ya que realza nuestro labios y hace que llamen mucho más la atención. Así que imagina que en una noche en la que te apetece perfilártelos, te diriges a coger tu perfilador preferido y te das cuenta de que está gastado o de que lo has perdido, así que te has quedado sin producto y no tienes cómo realzar tus labios.

Hoy en día todos tenemos un horario, ya sea de trabajo, de estudios, de actividades complementarias (como el gimnasio o las clases de piano), un horario para comer, merendar, cenar, dormir…, en definitiva, que hoy en día nada se escapa al reloj y a estar apuntado en nuestra agenda personal, que todo tiene horario, incluso las cremas que nos ponemos para hidratar nuestra piel y evitar que aparezcan manchitas y arrugas.

Aunque a mí, particularmente, no me ha pasado, muchas personas me han comentado que cuando se compran una crema la usan un par de veces y las olvidan y claro, cuando han vuelto a utilizarla después de un tiempo se han dado cuenta de que no hace ningún efecto y no es porque la crema sea mala, no, sino porque con el tiempo ha perdido sus propiedades y ya no sirve para nada, así que es dinero tirado a la basura, ya que en ese momento tienen que volver a comprarse una nueva crema.