Como cualquier madre embarazada, la preocupación por el futuro hijo es lo más importante. Por eso debemos conocer qué cosas le podrían dañar y cuales son beneficiosas. Lo primordial es llevar una dieta equilibrada y sana. Aquí os dejo unos cuantos consejos para que vuestro bebé crezca sano y fuerte.
- Es cierto que las necesidades calóricas de una mujer embarazada aumentan, pero no en gran cantidad (unas 300 kcal diarias lo cual sería equivalente a un mini bocadillo con pavo). Por eso lo primero que debemos olvidarnos es lo de “comer por dos” lo que implicaría un aumento de peso innecesario.
- Olvidarnos de la carne cruda: puede causar toxoplasmosis y producir malformaciones en el feto.
- Prohibido el pescado crudo: existe la posibilidad de contraer la bacteria listeria o el anisaki así que hay que asegurarse que esté bien hecho y descongelado.
- No es recomendable tomar pez espada o salmón por su gran cantidad de mercurio que podría afectar al desarrollo neurológico del bebé.
- No tomar medicamentos no prescritos por el médico en caso de fiebre ( supone una fuente de peligro al bebé, lo mejor es acudir al médico)
- Bien sabido por todo el mundo está el hecho de no consumir ni tabaco ni alcohol ni drogas. Estas sustancias atraviesan la placenta y son ingeridas por el feto, con lo que estamos exponiendo al feto a graves malformaciones, aborto, déficits o retraso mental y predisposición a problemas de atención, autocontrol y agresividad en el futuro del hijo.
- Es aconsejable incluir vitaminas como el yodo en la dieta lo que nos asegurará una correcta formación de los órganos del bebé y ayuda a prevenir el retraso mental.
- Productos de belleza como cremas decolorantes, es aconsejable no aplicarlos en la zona del vientre. Hay que cuidarse mucho la piel ya que se vuelve más vulnerable. Cuando conozcamos la noticia del embarazo asegurarnos que nuestras cremas diarias no son perjudiciales.
- Por último si tenemos un gatito en casa aconsejo llevarlo al veterinario para conocer si nuestra mascota posee la toxoplasmosis (es más frecuente en gatos de campo) en cualquier caso la mujer embarazada debe aumentar las medidas de limpieza con la mascota: no limpiar su arenero y lavarse las manos siempre que se haya estado en contacto con el animal. Sobre todo antes de cocinar.