El vitíligo es un trastorno idiopático de la piel caracterizado por áreas de despigmentación. Afecta al 1-2% de la población general, pero su incidencia aumenta al 8-20% en presencia de varias enfermedades como: hipertiroidismo, tiroiditis, hipoparatiroidismo, anemia perniciosa, diabetes mellitus, uveítis, y enfermedad de Addison.
Las lesiones son áreas maculares despigmentadas, bien delimitadas, de diversos tamaños que van desde algunos milímetros a varios centímetros, y que pueden afectar cualquier parte del cuerpo, pero la cara y las extremidades son las más frecuentemente comprometidas.
La distribución tiende a ser bilateral y simétrica. En ocasiones, los bordes son eritematosos y el vitíligo puede ser confundido con otras enfermedades. La evolución natural de la enfermedad es muy variable, y en algunos pocos casos la piel se repigmenta lentamente, pero en la inmensa mayoría el curso es irreversible.
No existe un tratamiento invariablemente eficaz, pero la fotoquimioterapia con psolarenos, tópicos o sistémicos, seguidos de radiación con luz ultravioleta de onda larga, resulta beneficioso en algunos casos. Como las áreas de vitíligo son muy sensibles al sol, se recomienda emplear filtros solares en esas zonas. Se puede recurrir a productos cosméticos especiales para disimular las áreas despigmentadas.