La alopecia también es un problema de las pacientes femeninas

 

Usualmente relacionamos a la alopecia con los hombres, ya que es más común socialmente verlos a ellos padecer de este problema y además de exhibir su calvicie sin miedo alguno ante los demás, infortunadamente los índices de alopecia han aumentado entre las mujeres. Epidemiológicamente son las mujeres quienes suelen visitar con mayor frecuencia al dermatólogo preocupadas por su imagen y estética, buscando soluciones para estos problemas de belleza.

En resumen, podemos decir que existen más de 200 tipos de problemas capilares, y los más comunes en las consultas es la alopecia androgénica, que comienza a perder pelo desde la juventud logrando tener la sensación de calvicie.

Suele afectar al 80% de los hombres, pero en las mujeres, el 40%, puede ser causado por varios factores, pero generalmente tiene su etiología desde la genética y en las mujeres por cambios hormonales.

Las personas pierden entre 50 y 100 cabellos al día como parte de un proceso fisiológico de renovación capilar, pero hay personas que pierden mucho más de 100 cabellos al día. Estos pueden clasificarse como alopecia y el más común es la androgénica, donde los folículos pilosos tienen más receptores androgénicos y provocan la pérdida de densidad capilar en zonas del cuero cabelludo definidas.

Diferencias entre la alopecia masculina y femenina

Las pacientes femeninas tienden a tener un cabello que progresivamente se vuelve cada vez más quebradizo, seco y fino. Esto se asocia con alopecia difusa, y el médico lo relaciona con problemas hormonales en las mujeres, como la menopausia. En el caso de la alopecia androgénica se expresa en la coronilla afectando a los hombres.

¿Qué debo hacer si se produce el problema?

La alopecia androgénica es reversible, aunque hay casos en los que la solución es un trasplante de cabello. Al incurrir algún signo o síntoma, se debe ir al dermatólogo, generalmente para este es suficiente un interrogatorio y un examen físico para llegar a un diagnóstico.

Pero hay casos en los que se requieren exámenes para ayudar al diagnóstico, al iniciar la terapia el paciente refiere mejora y aumento de la densidad capilar. Además de que se siente conforme con la imagen obtenida, refuerza la estima y la confianza y cabe la posibilidad de un diagnóstico de otras patologías.

El minoxidil y otros fármacos que previenen la acción de los andrógenos son los más útiles en la población femenina. También podemos encontrar que el uso de la terapia capilar con microinyecciones (antiandrógenos) ha demostrado ser muy eficaz para la vida de las personas que padecen alopecia. Inyectado a nivel del folículo piloso y su efecto es espesar el cabello, es un proceso indoloro o con dolor tolerable, no deja cicatrices y no requiere preparación inicial.

Se pueden administrar otros medicamentos por vía oral, como acetato de ciporterona, espironolactona o inhibidores de la alfa-reductasa. Estos previenen los efectos secundarios desagradables. Es común que el médico prescriba Minoxidil en su forma oral, que es la preferida por las pacientes femeninas.

Al iniciar esta terapia es necesario ser muy consistente con los tratamientos prescritos por el dermatólogo, es importante llenarse de paciencia y evitar el estrés ocasionado por la espera. Es porque estos tratamientos suelen tardar unos 6 meses en comenzar a reconocer los beneficios o efectos que se han logrado con la terapia.

Es decir, es un tratamiento a largo plazo. La terapia suele adaptarse a las especificidades de tu vida diaria, a su patología, a las posibles interacciones con otros medicamentos, con el fin de reducir las recaídas y obtener el mejor efecto en el paciente.