LOBOS DOMÉSTICOS

 

 Ni más ni menos que eso son los que consideramos nuestros amigos más fieles: los perros. El perro es en realidad una clase de lobo que se ha domesticado y cuya alimentación incluso ha sufrido una gran transformación debido a su cercanía con el hombre, hasta el punto de que hoy en día un perro puede comer cualquier cosa que le pongan.

 

Se cree que las diferentes razas de perro que conocemos en la actualidad vienen todas de un antepasado común, el lobo gris, que por alguna razón hace miles de años comenzó a acercarse al hombre y con el tiempo este lo acogió como un miembro más de su familia, hasta el punto de que hoy en día el perro no se concibe sin la presencia de civilización, aunque este puede adaptarse de nuevo a la vida salvaje si las circunstancias le obligan, lo que lo convierte en un animal peligroso en esas circunstancias, ya que al carecer del miedo natural que los animales salvajes tienen a los seres humanos, estos se acercan hasta las poblaciones y causan destrozos que los lobos y otros depredadores no se atreven a causar. Esta es una de las razones por las que los lobos han sido tan odiados históricamente, si bien esta mala fama se la han hecho crear sus congéneres domésticos una vez que se han escapado y se han adaptado a la vida en libertad.

 

Polémicas aparte, lo cierto es que el perro probablemente fue el primer animal que se domesticó y se utilizó para que se encargara de vigilar los campamentos y otras zonas. Aunque se cree que fue domesticado por primera vez en Asia, no existen pruebas claras de este hecho, ni de que todas las razas de perros hayan tenido un solo antepasado común o hayan sido el resultado de la domesticación de varios tipos de razas de lobo.