Los vomitos

Los vómitos se producen por una con­tracción de los músculos del estómago con la intención de expulsar un alimen­to en mal estado o cualquier cosa que le resulta irritante.
Sus causas son múltiples y no sola­mente digestivas: enfermedades del cerebro, el oído o el ojo también pueden dar lugar a vómitos, así como ciertas si­tuaciones que no son una enfermedad. como el embarazo.
Fundamentalmente, existen tres clases de vómitos: los vómitos alimentarios, los vómitos de bilis y los vómitos de san­gre. Por lo aparatoso de sus síntomas. los vómitos de sangre son inmediatamente motivo de alarma.
Los vómitos con sangre
Es importante distinguir si la salida de sangre por la boca se produce con tos o sin ella. La sangre que procede de los pulmones sale con un acceso de tos, se denomina hemoptisis, y suele venir fre­cuentemente asociada a la tuberculosis: la sangre que procede del estómago o de la parte alta de los intestinos suele emitirse con un vómito que se denomi­na hematemesis.
La causa más frecuente de los vómitos de sangre es la úlcera gástrica o duodenal, una enfermedad que ya suele haber dado síntomas previamente en forma de dolor abdominal. El vómito suele ser de sangre negruzca. Si la sangre que se vo­mita es de color rojo brillante, la causa suelen ser las llamadas varices esofágicas, frecuentes en quienes padecen de cirro­sis. También puede estar causada por la esofagitis, o inflamación del esófago de­bida al reflujo del ácido del estómago que sube hasta él. En otras ocasiones las causas son una epistaxis o sangrado de la nariz, en la que la sangre procedente de la nariz es deglutida y luego vomita­da. La gastritis por ácido acetilsalicilico es también relativamente frecuente y puede provocar vómitos con sangre. Los vómitos repetidos, sin sangre inicial­mente, pueden llegar a tener algo de sangre si su frecuencia provoca algún desgarro en la mucosa del esófago.
Los vómitos sin sangre
Los vómitos alimentarios pueden estar causados por problemas intestinales, por migrañas, por enfermedades del oído o incluso por un glaucoma o aumento de la presión dentro del globo ocular. Las enfermedades del cerebro (meningitis, encefalitis, tumores. etc.) también pro­vocan vómitos, además de dolor de cabeza. Se suele decir que el vómito cau­sado por un problema del estómago vie­ne precedido de náusea (sensación de que el vómito es inminente), mientras que el vómito causado por un tumor cerebral, por ejemplo, es explosivo y sú­bito, precedido y acompañado de dolor de cabeza o dificultades en la visión. Las infecciones del estómago son la causa más frecuente de vómitos y suelen ir se­guidas de diarreas. En ocasiones se pue­de sospechar incluso qué comida es la que ha sentado mal, sobre todo si no ha sido cocida (mayonesa, cebiche, etc.). Las infecciones del hígado, o hepatitis. también son causa de vómitos y a veces se diagnostican fácilmente por el tinte amarillento de la piel que presentan es­tos enfermos (ictericia).
Vómitos repetidos
El embarazo es la causa más conocida de vómitos repetidos y recurrentes du­rante semanas o meses, pero también pueden ser causados por una hernia de hiato (un defecto en la unión del esófa­go con el estómago, que facilita el re­torno de la comida ya ingerida devol­viéndola al exterior), una úlcera en el estómago o en el duodeno (problema que suele acompañarse de dolor en el centro y la parte alta del abdomen), o incluso calculos biliares o renales (unas piedras en la vesicula biliar o en los riñones, que producen un intenso dolor cuando obstruyen el flujo normal de la bilis o de la orina).