El Omega3 y tu salud

Es posible ponerse un poco paranoico en estos días con la abundancia de información nutricional que inunda el mercado. También es posible estar confuso en cuanto a qué es exactamente lo que deberíamos estar tomando. La nueva información contradice lo que pensábamos que sabíamos, y estamos constantemente diciendo que estamos deficientes en algo, o todo si escuchas a todas las demandas de todos los millones de suplementos disponibles, la mayoría de nosotros deberíamos estar muertos ya.

Afortunadamente, hay algunas cosas básicas en las que todo el mundo parece estar de acuerdo, y la necesidad de omega-3 está en esta categoría.
Primero, el Omega-3 llamó la atención de la comunidad científica en 1920, en este caso los ácidos grasos linoleico y alfa linoleico, que se conocen como “vitamina F”. Su papel no se definió con claridad hasta la década de 1930 cuando se clasificaron mejor como grasas, y son fundamentales para el crecimiento normal. La terminología es relativamente nueva, y nuestro conocimiento de cómo funcionan los ácidos grasos omega-3 es más reciente y aún se sigue investigando.

Los beneficios del omega-3

El vínculo entre la adecuada ingesta de ácidos grasos omega-3 y la salud cardiovascular se ha vuelto cada vez más claro desde que se postuló por primera vez en la década de 1940.

Hay indicios de que el potencial curativo de los ácidos grasos omega-3 puede extenderse mucho más allá de la mejora de la salud cardiovascular, los investigadores están explorando su potencial para tratar enfermedades como el Alzheimer y el cáncer.

Mientras que el “omega-3” es bastante nuevo, es interesante notar que sus beneficios han sido reconocidos desde hace siglos por las culturas pesqueras de todo el mundo. Las propiedades medicinales del aceite de pescado son populares y rentable para el tratamiento para los trastornos de la piel y enfermedades inflamatorias tales como la artritis reumatoide, mientras que el aceite de hígado de bacalao se utiliza específicamente para el tratamiento de enfermedades óseas en los casos de raquitismo, debido a su alto contenido en vitamina